Cuentos Activadores
Cuentos para niños y grandes. Son activadores de verdades que se muestran cuando somos plenamente conscientes de cada frase que escuchamos. Su energía eleva tu vibración a frecuencias de Amor.
FUEGO EN LA MONTAÑA
Era una tarde soleada. El cielo estaba tan brillante que unos ojos humanos no soportarían la mirada elevada. El colibrí estaba sentado en una rama alta de un viejo roble. Sintió calor y comenzó a buscar el viento para refrescar su plumaje. Su vuelo lo llevó a una gran llamarada, que irónicamente resplandecía con belleza. Pero cuando se acercó, vió a su amiga montaña cubierta de fuego. Y entre un corazón turbado y a la vez admirado, le habló a la montaña: “Estás quemándote! ¿Cómo puedo ayudarte?”.
Continuar leyendoAMOR DEL SOL, AMOR DE LAS ESTRELLAS
Caía la oscuridad en el bosque y cada árbol iba entregando su sombra. El colibrí voló hacia el árbol más cercano de su amiga montaña, para contemplar con ella los colores del cielo. Y el colibrí en su silencio observador, vio con asombro cómo una flor movía sus pétalos hacia su centro y se cerraba. Y pregunta en voz alta: “La flor le tiene miedo a la noche?
Continuar LeyendoEL VIENTO PURIFICADOR
El viento soplaba con intensidad. La montaña se complacía viendo al colibrí volando tanta libertad, que parecía no mover sus alitas cuando más se elevaba. Los árboles lo sentían en todo su ser. En su tronco el viento soplaba pero parecía una caricia divina. Pero en sus ramas se llevaba sus hojas y el colibrí un poco asustado se detuvo junto a la montaña, para ver el vuelo de las hojas.
Continuar leyendoLA LUZ DE LOS CRISTALES
Calma y sosiego. Sentimientos plenos que flotaban en el aire aquel día. La montaña en su presencia majestuosa abría caminos a los pequeños y grandes animales que la recorrían. Se fundía con sus hermanas plantas para alimentar a los seres cuyos cuerpos necesitaban un bálsamo para sus células. Se unía en sabiduría para mantener la vibración de la vida con sus hermanos árboles que se mantenían en su labor amada de hacer fluir los códigos de luz que recibían del Padre Sol y la Madre Tierra.
Continuar leyendoLAS NUBES DE LOS CAMBIOS
El colibrí estaba esa mañana sentado en una rama alta, la más cercana a la montaña, las más cercana al cielo. Sentía que estaba un poco oscuro, aunque ya hubiese amanecido. Sentía los rayos del sol perdidos y comenzaba a extrañar su calor. Y alzaba su mirada al cielo para buscarlos. Y le pregunta a la montaña: “No veo mucha luz hoy. ¿El sol está hoy con poca energía?”.
Continuar leyendoROSAS SANADORAS
Esa tarde habían muchos cantos de pájaros reunidos en una frecuencia de libertad. La montaña sentía sus cantos desde sus piedras y tierra más profundas, esas que la conectan a su Madre.
Los pájaros volaban de árbol en árbol y los colores de sus plumas eran absorbidos en los átomos del aire que quedaban pintados de amarillos, verdes, púrpuras y azules.
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EL GRAN REGALO
El colibrí volando con gran calma, observando todo lo que bajo su cuerpo sobrepasaba, vio un rayo de luz que lo estremeció y lo impulsó a bajar. Sus paticas se ubicaron al borde de aquella luz. Nunca antes había sentido tanta admiración cuando se acercó y observó con detalle lo que a lo lejos, lo llamó. Con sus ojos miraba esas formas, contemplaba esos colores. Se complacía en los minuciosos movimientos. Sentía la expansión de energía cuando esa composición que sus ojos veían, se unía al aire y el viento. Veía como una burbuja de oro envolvía aquella creación. Y con su corazón completo de vida, voló a contarle a su hermana montaña.
Continuar leyendoALINEADO A TU DON
Era una mañana soleada y el colibrí estaba sentado en una rama alta de un árbol y cantaba sus hermosas melodías, que se esparcían por todo el bosque.
Los animales escuchaban las canciones del colibrí. Muchos que iban de pasada por ese árbol se detenían y se dejaban bañar en esas frecuencias de gran presencia.
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DEL CAOS A LA UNIDAD
Ese día el colibrí, abrió sus ojos y con esfuerzo disipó la mirada confusa de su realidad. Intentó abrir sus alas y un dolor le dio aviso sobre su impotencia para volar. Estaba junto a unos árboles que lo custodiaban de otros animales. Pasó mucho tiempo de dolor, duda y desesperación. Cuando no podía ser más caótico su momento, vio acercarse un ser humano, que lo miraba con curiosidad. Su corazoncito palpitaba muy rápido y llamó desde su interior a su hermana montaña.